08 noviembre 2006
Un 8 de noviembre hace 72 años.
Hoy me levantaría a la hora de costumbre, haría mi rutina de aseo y me vestiría. Enseguida, abriría la puerta de caoba que guarda tus discos y tomaría el que ponemos todos los 8 de noviembre, sólo para ti. Iría a verte, te abrazaría y susurraría al oído “feliz cumpleaños” Te daría tu regalo. Tu voz se quebraría y tus ojos se humedecerían al unísono con tus labios que pronunciarían un “gracias” desde lo más profundo de tu corazón. Te daría un regalo. Tal vez iríamos a comer o a cenar a un lugar sencillo y acogedor, y allí daríamos gracias todos juntos. Y cuando regresáramos a la casa, partiríamos tu pastel. Como todos los 8 de noviembre, esperarías a que el teléfono sonara sólo para escucharlos cantarte “Feliz Cumpleaños”. Tu día habría terminado y te sentirías feliz de saberte querido.
Hoy es un 8 de noviembre diferente y las lágrimas no dejan de brotar porque tu recuerdo está presente en el plato de tu merienda, en el suéter que usabas para estar en casa, en las fotos que enmarcan la estancia de nuestra casa, en las canciones y alabanzas que tarareabas, en mi corazón y en el de todos los que dejaste. Aunque sé que donde estás no se compara en nada con lo que hay aquí, no puedo dejar de pensar lo lindo que sería si estuvieras aquí hoy.
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7 comentarios:
...has escrito una hermosa remembranza..
...abrazo profundo...
gracias.
hermoso, un abrazo y sabes que estamos contigo.
Mateo 5.4
Dios está contigo...y lo vives. Te queremos mucho y también lo extrañamos.
Gracias por el comentario y yo también los quiero mucho.
precioso y conmovedor, no me cansaria de leerlo, gracias a Dios por nuestro querido Villi.
josue
Manité:
No sabes lo contenta que me pone recibir tu primer comentario. Gracias y aquí estoy para lo que se ofrezca.
Besos
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