Ambos grupos de personas tienen mucho en común: la mirada perdida, el dolor de piernas por las horas de viaje o por estar parado todo el día y más aún, casi comparten las mismas necesidades. Camino por la lateral de Reforma hasta la esquina de Río Sena, la cruzo y justo antes de los carriles centrales, una señora vende sombreros de paja a 10 pesitos. Tiene una gran fila a su alrededor: todos quieren escapar del sol. Dos extranjeros trajeados compran sombreros que se ponen de inmediato.
Aguardo a que el poli dé la señal para cruzar hacia la Zona Rosa. Ya del otro lado veo a unos judas dentro de un auto, desvistiendo muchachas con la mirada. Camino por Génova sin rumbo fijo, buscando un lugar donde matar el tiempo. El Mix-Up me encuentra, empiezo por la sección de música en español (rock, grupero, salsa, ranchero, etc). Los discos de Lupillo Rivera son importados (¿?), cuestan entre $164 a $200. Me resisto a creer que los compren. Me voy a los DVD’s y a la sección de música alternativa. Compro un disco.
El padre Cronos no perdona. Camino de regreso. La marcha empieza, alcanzo a cruzar Reforma por un hueco que dejan abierto los manifestantes. El sol golpea mi cara, tengo sed. Regreso a mi oficina pensando en mi, en los que marchan, en los que no, en el país y tengo una mezcla de sentimientos encontrados.
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