... no está nada mal estar en casa viendo películas, tomando café mientras charlamos sin cesar, jugar a la escuelita, escuchar música, dibujar, cuidar a la enfermita, hacer una vida cotidiana en otro país y disfrutar de la familia de una forma que no hubiera sido posible si hubiéramos ido a pasear diario. Estoy agradecida con Dios por este tiempo que nos ha dado y porque la salud de mi madre es estable y aunque está muy cansada su ánimo no decae.
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