30 noviembre 2006

Pues pasó lo que tenía que pasar

Me encontraba viendo la tele de lo más despreocupada cuando una de mis series favoritas, Bones, fue súbitamente interrumpida para dar paso a una ceremonia absurda, cursi y chovinista de entrega de la banda presidencial al ejército por parte de Fox. Por cierto, Fox con esas manotas que tiene no es capaz ni de doblar la banda presidencial bien ya que al pasarla al cadete se le desdobló y soltó al muy...¿Quién rayos hace una ceremonia cívica a la hora en que salen las brujas y despiertan los vampiros? Esto me hace pensar que tal vez Fox no se presente en unas horas ante el Congreso o lo que queda de él.¿Apostamos? Ah y por cierto, FeCal también estuvo presente y recibió una bandera mexicana para que lo acompañe durante su mandato, ¡qué emotivo! Y para no perder la costumbre de las viejas ceremonias cívicas al estilo priísta, los discursos no faltaron, eso sí, muy esqueléticos, lo cual agradecí mucho porque después siguió la transmisión de mi programa.

Hay quien dice que debemos dar gracias porque Fox ya se esfuma del panorama; ahora que tanto como esfumarse, no estoy del todo segura. Lo que sí comparto es el gozo de ya no verlo más ni de escuchar sus declaraciones insulsas, poco éticas, cero informadas y nada diplomáticas acerca de TODO. Lo malo es que no puedo cantar victoria, tengo muchas reservas con lo que viene y siento un vacío en el estómago.

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