19 marzo 2007

Crónicas Gabicianas - Día festivo


Me encantan los días festivos en primavera, con el sol cayendo a plomo y tostando mi piel. Dicen que la primavera entra mañana a las 6 pm y que este año va a ser muy caluroso. Este año he decidido comprar un bloqueador solar, ojalá no se me olvide. El centro histórico luce maravilloso, brillante, sonriente. Casi no hay gente, igual porque es temprano. Me bajo del taxi que me deja en la calle de Madero y camino aprisa hacia el Hotel Majestic. Entro por el vestíbulo hacia el elevador que me lleva al restarurante de la terraza para encontrarme con mi familia. Nos vemos para desayunar y ponernos al tanto de lo último que nos ha acontecido. No hay mucha gente en el restaurante. El festival de olores despierta mi apetito al momento en que mi prima y yo decidimos darnos una vuelta por la mesa del buffet. Estoy dispuesta a probar de todo, ni modo, la gula es más fuerte. (Al sentarme a la mesa recuerdo esa noche donde en este mismo lugar presencié unos de los conciertos masivos más concurridos y de más ambiente de los últimos años: Café Tacuba, y en ese momento, los rostros de Claudia y Hugo, mis compañeros de esa parranda, me sonríen).


Después de pagar la cuenta, mi familia y yo salimos con un espíritu renovado y con ganas de tomar una siesta en una hamaca en lunes al mediodía.

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