03 abril 2007

El ministerio de Jesús


En respuesta al insulto de los fariseos culpándolo de asociarse con pecadores, Jesús pronuncia las parábolas de la oveja perdida, la dracma perdida y el hijo pródigo, para enseñar el amor de Dios hacia los pecadores (Lucas 15). Estas parábolas contienen la misma línea de pensamiento; es decir, pérdida, restauración y gozo.

Un mandamiento de Cristo es perdonar. Él nos conduce a desear una experiencia espiritual más profunda; es decir, mediante un aumento en nuestra fe. Jesús compara la fe de sus seguidores como un grano de mostaza (tan pequeño pero que puede mover montes) y luego prosigue a enseñarnos que cuando tengamos la fe que desarraiga los árboles, no tenemos que vanagloriarnos de ello, sino más bien considerarnos siervos inútiles, porque creer en Dios es nuestro único deber.

(Parafraseado del libro: A través de la Biblia, de Myer Pearlman)

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