27 mayo 2007

Oriente, Occidente (III)

-Era un matrimonio arreglado -dijo miss Rehana de pronto-. Yo tenía nueve años cuando mis padres lo acordaron. Mustafa Dar tenía ya treinta entonces, pero mi padre quería alguien que pudiera cuidar de mí como había hecho él, y Mustafa Dar se fue a Inglaterra y dijo que enviaría a buscarme. Eso fue hace muchos años. Tengo su fotografía, pero para mí es como un extraño. Hasta su voz, no la reconozco por teléfono.
-Anciano -le preguntó-, ¿por qué meha empaquetado y enviado ya a Inglaterra?
Él se puso en pie, escandalizado.
-Parecía usted tan feliz, de manera que supuse... perdone, pero ¿es que la han rechazado?
-He respondido mal a todas las preguntas -contestó ella-. Las señas particulares las puse en la mejilla equivocada, redecoré por completo el cuarto de baño, todo totalmente al revés, ¿comprende?
-Pero ¿por qué? ¿Cómo podrá ir ahora?
-Volveré a Lahore y a mi trabajo. Trabajo en una gran casa, como ayah de tres chicos muy majos. Los hubiera entristecido que me fuera

"Un buen consejo es más raro que un rubí", Oriente, Occidente. Salman Rushdie.

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