Crónicas Gabicianas

El ruido incesante de los motores vehiculares despierta a la ciudad el primer día laboral de la semana. Con apenas unas cuantas horas de sueño, una pareja sale de su casa alrededor de las 6 de la mañana con rumbo a su trabajo. Salen por Francisco del Paso con la idea de tomar Viaducto. Sin embargo, dicha vía va hasta el tope. Él sugiere mejor irse por Jamaica. Ella cree que es buena idea. Se salen del Viaducto, dan vuelta a la derecha en Congreso para luego tomar el Eje Tres. Todo marcha bien, hasta ese momento no hay contratiempo alguno y la carga vehicular es ligera. El sol ya brilla y parece que es más tarde. Al llegar a Dr. Vertiz, el auto de la pareja se detiene en un semáforo rojo. Pasan unos instantes y de repente, ella ve a dos hombres correr hacia un auto. Por su cabeza pasa que es el conductor y que regresa aprisa porque se bajó por algo. Pero no es lógico dejar el auto sin chofer en el segundo carril de un eje vial. E eso, ella ve cuando uno de los hombres intenta abrir la puerta y golpea el vidrio. Se percata inmediatamente que es un asalto y le dije a su esposo con la voz quebrada: "le van a quitar el coche". Los ladrones encuentran a tan solo tres autos de distancia del lugar de los hechos. Los ladrones voltean a ver hacia otros lados. Ella siente que van a escoger a otro auto. Uno de los maleantes vuelve a golpear la ventanilla y para ese momento se escucha una lluvia de autos pitando su claxon. Él le dice que guarde la calma. Ella ora en voz alta. El siga llega como una luz de esperanza para todos los allí parados. Afortunadamente, fue un robo fallido. La victima se pudo ir en su coche. La pareja sigue su camino con un estado de ánimo distinto. Al cabo de unos minutos, se dan cuenta que traían dos puertas de su coche sin el seguro y una era la de ella. Piensan que es buen momento para dar gracias al Creador por haberlos cuidado y por haber cuidado a esa persona. Al final,tratan de retomar su rutina, asustados todavía, pero confiados en la protección de Dios.